ecluido en Florencia, Germán Pezzella ya dejó atrás al coronavirus y, aunque la cuarentena por la pandemia de COVID-19 se mantiene, de a poco vuelve a enfocarse en su carrera deportiva y en los sueños por cumplir. En una entrevista por videollamada con el diario Olé, el defensor de Fiorentina y la Selección habló de todo.
SELECCIÓN ARGENTINA:
"Quedarme afuera del Mundial fue bastante duro. Sabía que estaba dentro de las posibilidades pero en ese Mundial, en mi puesto, fueron tres centrales nada más: Marcos (Rojo), Nico Otamendi y Fazio. Entonces me veía adentro, porque uno hace números y pensaba que era mi chance. Obviamente que me quedé con una sed de revancha impresionante y hoy me siento orgulloso de poder formar parte de este proceso que arrancó".
"No puedo decir que me quedé con bronca con Sampaoli porque él me hizo debutar en la Selección, que era el sueño de mi carrera. Si yo hubiese sido el técnico me habría llevado, ja, pero es Argentina, cualquier otro chico puede pensar que se merecía estar".
LIONEL MESSI:
"Es impresionante jugar con Messi. Transmite cosas... Es difícil de explicar. Entra él y su aura al lado. Pero así y todo es un pibe totalmente normal que se encontró con un par de descarados: De Paul, Paulo, el Tucu Pereyra. Él se acercó mucho a nosotros".
RIVER:
“No es River un club de fútbol y se acabó: es un mundo en el que tenés que estar bien, preparado, te tienen que necesitar. Porque ninguno de nosotros quiere ser un peso ni un compromiso para el club. El otro día leía una nota a Crespo en la que decía ‘no es que no quise volver: no se dio’. Ojalá en mi caso se dé. Somos muchos los de River que estamos por el mundo. ¿Cómo hacemos para volver todos juntos?”.
"Crecimos ahí y sabemos que hay una exigencia máxima, que no se puede regalar ni medio entrenamiento. Si uno quiere volver, tiene que estar bien. Te llevo al discurso de Pablo Aimar: si no se sentía pleno físicamente, ¿por qué iba a volver para no ser él? ¿Sólo para decir estoy en River? No, porque para nosotros no es así".
GALLARDO Y EL RIVER ACTUAL:
"Creo que una de las claves de su éxito es que el que se entrena al máximo se gana su lugar sin importar el apellido. Eso genera una competencia interna sana y un ambiente en el que todos se sienten representados: el que está jugando siempre es el mejor y el que está afuera entiende que tiene que ganarse el lugar".
"Ni bien llegó fuimos de pretemporada a Miami. Yo no venía jugando mucho y tenía alguna posibilidad para cambiar de club. Y él lo sabía. No quería irme, pero ya tenía una cierta edad y necesitaba jugar. Me llamó al confesionario y me preguntó directamente, como es él: '¿Qué querés hacer?' Y le dije: 'Mirá, Marcelo, ya no me siento un pibe, porque en ese momento tenía 22 años para 23, y necesito un poco más de rodaje, porque uno tiene que jugar y equivocarse para crecer'. Y me contestó: 'Quiero que te quedes. Si estás en buen nivel vas a jugar, porque no tengo parámetros fijados de quién tiene que jugar'. Y después de esa charla y lo que me transmitió, me acuerdo que estaba bajando la escalera del confesionario y pensé: '¿Adónde me voy a ir si estoy en mi casa?'. Y resultó bien".
"Me hace acordar un poco a nuestra etapa. Hay competencia entre cuatro buenos centrales: Paulo Díaz, el Chino, Rojas y Pinola. Eso le da la posibilidad al técnico de tomar decisiones según el partido, poner línea de tres, línea de cuatro… Y eleva la confianza del equipo a otro nivel. Rojas este año arrancó a jugar y de repente es el mejor todos los partidos, pero eso es porque hay todo un trabajo detrás".